Festival Prog en Rosario: el retorno del gigante

El diccionario define "Galpón" como "construcción grande y techada que se emplea como taller mecánico, carpintería, garaje o depósito de mercancías". Ya desde el significado queda claro que el Galpón 11, en el CEC de Rosario, no es el mejor ámbito para escuchar música y mucho menos progresiva. Sin dejar de reconocer, claro, que estos galpones de nuestro puerto cumplen funciones culturales, bastante diferentes a las de otros galpones famosos, como los de Puerto Madero por ejemplo. Es lo que hay y se aprovecha.

Así que, resignados a la bola de sonido, fuimos con Pao al segundo día del Festival, ayer sábado 10. Lamentablemente tuve que pegar el faltazo el viernes por cuestiones de trabajo, pero ayer sí, me dí el gusto.

El día anterior habían tocado La Barca, Ovnibus y Skatos. El sábado sería el turno de Danae, La Gota y Pablo El Enterrador. Lo particular de todas las formaciones es que se entremezclan algunos de los músicos, produciendo una llamativa riqueza de estilos.

Arrancó entonces anoche con Danae, pasada largamente la media hora de la anunciada para el comienzo, como es costumbre en nuestra escena rockera -los músicos dicen que la gente llega tarde; la gente dice que no llega a horario porque los músicos nunca empiezan puntual. ¿quién le pone el cascabel al gato?

Danae (http://danaerock.blogspot.com/) está formado por Pablo Lopez (Guitarra), Marcelo Lopez (Guitarra), Willi Torres (Bajo), Sergio Schegtel (Bateria). Presentaron su disco "Danae", un puñado de temas instrumentales de entramado complejo y ejecución virtuosa que por momentos extraña teclados, pero que suena extraordinariamente ajustado.

Luego fue el turno de La Gota (http://www.grupolagota.com.ar/), el grupo del original guitarrista Claudio Zemp, en el que se destaca la incorporación de Marcelo Sali en batería, y que se autodefine com un grupo de Rock tango. La formación se completó con bajista y tecladista -lamentablemente no registré sus nombres y no quiero meter la pata- de gran técnica, para completar un sonido muy personal.

También cultores de un estilo muy elaborado, sortearon el efecto tinglado del lugar con mucha altura, ya que son un grupo de climas y complejidades para ser escuchadas en otro ámbito. Pero sonaron bien y se disfrutó. Las influencias tangueras son muy fuertes pero no se trata de un estereotipo: son influencias que se traslucen.

Para cerrar, Pablo el Enterrador. Con una formación renovada, que incorporó a los históricos Marcelo Sali y José María Blanc un tecladista -de nuevo, no registré el nombre-, y a Pablo y Willi de Danae, entregaron un paquete de clásicos "fuertes", como Carrusel... o Elefantes de papel del primer disco, y de otros, más cercanos en el tiempo, como Fotografías en el umbral o la muy sentida Emigrante entre otras, matizando semejante menú con una versión de "Peter Gunn Theme" -cercana a EL&P pero personal- como excusa para el lucimiento personal, y la acústica "Sólo viento", con invitados. Todo con mucha emoción, mucha polenta y sonido muy actual.

El cierre de la presentación de Pablo el Enterrador y del festival -presentado como un homenaje a Jorge "Turco" Antún, fallecido integrante de Pablo-, fue con bis, todos aplaudiendo de pié y mucha emoción.

Pasé luego por la trastienda a saludar a Marcelo y a José María, y los encontré transpirados y felices. Sin dudas fué una buena noche de reencuentros. Cuando me vió, José gritó "Eh, loco, te vi en Plan A", confirmando de este modo que Rosario es, efectivamente, un pañuelo.

Gracias, muchachos, y hasta el año que viene. ¿Con Redd?