miércoles, 30 de marzo de 2016

Adiós, Emo...

No sé, qué querés que te diga... me quedé sin palabras. Sólo con mis pensamientos y recuerdos.

Me acordé del Wincofón y de las largas jornadas de descubrimiento adolescente. De la invitación de aquellos años a bucear en el rock y en esa cosa extraña que llamaban clásica, hasta hacerlos propios en nombre de la psicodelia y otras bestias que estábamos creando.

-Che, ¿sabías que Ginastera es argentino?
-¿Y quién es Ginastera?
-Vení, escuchá...

Y sonaba la Tocatta por Emerson, Lake and Palmer hasta que desde la cocina estallaba el "¡bajá eso!" de mi vieja. Seguiría sonando, claro, más bajito pero no mucho.

Cuando uno habla de la banda de sonido de nuestra vida es porque se ha tomado muy en serio eso del Flaco Spinetta, de que "toda la vida tiene música hoy".

Y mientras tanto, lo inexorable llega... por muchas vías pero con una única razón: igualarnos.

Allá vamos. Lastima que el Emo se nos adelantó...

[Leído en la apertura del programa Nº 264 de Gigantes Gentiles, el 12 de marzo pasado]