lunes, 11 de febrero de 2008

Esteban Cerioni reflexiona sobre la cuestión de la piratería

Esteban es músico, compositor y cantante de amplia trayectoria en el país y en Italia, ya sea como integrante de grupos como Redd -que acaba de celebrar sus 30 años en escena- y Trigémino, o acompañando a músicos de la talla de Adrián Iaies y Ernesto Dmitruk, entre muchos otros. Su extensa biografía puede leerse AQUÍ. Actualmente escribe REDDLAND, el nuevo sitio oficial de Redd, desde donde relata la historia del grupo y de todo el rock tucumano. También podemos decir con orgullo que es nuestro amigo, y que gentilmente accedió a escribir sus reflexiones en el texto que publicamos a continuación sobre un tema candente.


Reflexionando sobre el tema que nos ocupa, la PIRATERIA, supuestamente por la bajada de música a través de Internet, lo primero que me pregunté es ¿Como se llegó a la conflictiva situación actual? Para tratar de entender tuve que volver atrás, a la era del vinilo. He llegado a ser el feliz poseedor de más de 6000 vinilos, sin contar los simples. Tal vez sea una cifra que actualmente no impresiona demasiado. De hecho, transformados a mp3 de calidad media/alta (tipo 192kb), mi colección solo hubiera ocupado entre 80 y 90 DVD grabados como datos. En su momento era una cantidad importante, pero estoy seguro de que actualmente debe haber gente que posee sin problemas 10 o más veces esa cantidad. Mi gran preocupación siempre fue conservar mis discos en muy buen estado... en determinado momento, me ayudó mucho para esto la aparición de los casetes, porque me permitió en lugar de gastar los vinilos tan delicados, hacerme una copia que gastaba en lugar del disco, total, cuando se gastara el casete podía hacer otra. Claro, de paso, algún amigo aparecía y me decía: "Si traigo un casete virgen, ¿me podés hacer una copia? Con el tiempo, aparecieron personas que hacían copias para vender, incluso negocios de discos, particularmente los que canjeaban discos usados o los que vendían discos importados. En esta época se empezaron a indicar estas prácticas como piratería. Incluso recuerdo que salieron a la venta ediciones de casetes vírgenes que en su precio incluían un porcentaje en concepto de derechos de autor, presuponiendo que dicho casete sería utilizado para duplicar música.


Pero yendo aún mas atrás, antes de que se popularizaran los casetes, el concepto de PIRATERIA era muy diferente, pues no se refería a copias de discos editados oficialmente, sino que se trataban de grabaciones generalmente de conciertos en vivo realizadas con elementos rudimentarios y perseguidas por su mala calidad de sonido, que se consideraba lesiva para el prestigio del artista y no por los derechos de autor. Veamos algunos ejemplos referidos a esto: El álbum EARTHBOUND de King Crimson fue editado a bajo precio, como un intento de bloquear la venta de un "bootleg" (así eran llamados los discos piratas, término que hoy se mantiene para las ediciones de material no oficial y no son ilegales) con muy mala calidad de sonido, si bien la edición oficial no es de calidad excelsa. De esta manera, quedó arruinado el negocio de los piratas (los bootlegs solían ser carísimos y generalmente estampados en acetatos). Pero Además, FRIPP convirtió la edición de este tipo de grabaciones en una práctica habitual y de esa manera, además de desalentar la piratería realizó un fructífero negocio. KING CRIMSON es uno de los grupos que posee más cantidad de "Bootlegs autorizados" editados. Incluso existe un Club de Fans que edita este tipo de material. Robert Fripp llegó al extremo de hacer ediciones oficiales propias utilizando grabaciones "piratas" proporcionadas por fans, como en el caso del Box de 4 Cd EPITAPH, que consistía en 2 Cd en venta en el comercio y dos más que solo se vendían por correo. Este caso es sin duda un ejemplo de inteligencia frente al problema, basado en dos cosas:


1º) A la gente parece gustarle sobremanera este tipo de material, sobre todo a los que nunca pudieron ver el grupo en vivo.


2º) Una cínica y muy popular máxima que dice: "Si no puedes vencerlos, únete a ellos".


Otro famoso bootleg de los YARDBIRDS, de mucha circulación, motivó la ira de Jimmy Page hasta el punto de llevar adelante un costoso juicio durante años. Evidentemente, en esa grabación el grupo sonaba tan mal que Page consideraba que iba a perder su prestigio si no lo detenía, en cambio, escuchándolo ahora en todo caso permite comprender porque se desvinculó de los viejos YARDBIRDS para asociarse a Plant y compañía dando vida a LED ZEPPELIN.


Actualmente, este tipo de grabaciones en vivo ya no molestan a nadie. Cualquier evento importante, como es el caso de la reciente reunión de los mismos Zeppelin, o de The Police y en nuestro país, Soda Stereo o Los Gatos, al día siguiente ya estaban disponibles en Internet a través de grabaciones de audio y/o video realizadas con teléfonos celulares...la calidad es tan mala que ya a nadie importan, pero tienen la virtud de hacer felices tal vez a millones de personas que no tuvieron el privilegio de presenciar el evento en cuestión estando presentes ahí. De esta manera, esas personas obtienen un ínfimo fragmento de la gloria vivida con los que pudieron estar presentes. Pero entonces, ¿que es hoy en día la piratería? Para los empresarios y AADI CAPIF, es pirata todo aquel que baja de Internet aunque más no sea un solo tema, para su consumo personal. En cambio, y lo vengo afirmando desde hace años, pirata es aquel que baja TODO LO QUE PUEDE con el objetivo de hacer copias en cantidad para vender en la calle. El hecho que la grabación digital sea una verdadera clonación, hace que la calidad de la copia sea exactamente la misma que la del original, y estos personajes tienen preferencia por los éxitos del momento, aunque en menor escala también existe con el material llamado "de catálogo". Por otra parte, existen negociantes que compran, venden y canjean discos usados. Ante los precios generalmente muy elevados de estos discos originales, estos negociantes te ofrecen la opción de obtener una copia digital de este objeto de COLECCIONISMO, INCONSEGUIBLE y DESCATALOGADO, a bajo precio y también es considerada una forma de piratería. Aquí, el análisis es más complicado, pero personalmente creo que en este caso la Compañía Discográfica habría perdido cualquier derecho sobre estas obras, porque si están descatalogadas y son inconseguibles se debe a que estos empresarios al no re-editarlos DEJARON DE HECHO DE HACER SU TRABAJO. ¿Por qué entonces deberían seguir teniendo derechos sobre ese material? Los contratos previos deberían ser revisados, declarando nulos los derechos sobre obras agotadas en el comercio. Y los futuros contratos se deberían limitar al tiempo que dure la venta hasta agotarse, a menos que esta vuelva a editarse; caso contrario los derechos deberían caducar automáticamente. Y por el lado del coleccionista que posee piezas únicas por las que pagó a lo mejor cifras elevadas. ¿Se le puede negar el derecho de vender copias de bajo precio a personas que no tienen posibilidad de conseguir los originales? Considero que este derecho no puede ser negado al coleccionista, porqué lo que pagó lo convierten en dueño indiscutible de esas obras. En este punto, sí debemos tener en cuenta el tema de los derechos de autor, y el problema real es que no existe ningún mecanismo legal que permita pagar dichos derechos a quienes corresponde. Estoy seguro de que tanto como el coleccionista que vende, como el usuario que compra NO TIENEN INTENCION de no pagar los derechos ni tienen problema en hacerlo. Solo se necesita crear el mecanismo legal que permita realizar estas operaciones.


Me permito hipotetizar una forma de hacerlo posible: el coleccionista que vende podría oficiar como una suerte de "AGENTE DE RETENCION" de esos derechos y debería depositarlos mensual, bimestral, o anualmente en una cuenta general, junto con una declaración detallando los autores que son beneficiarios de ese dinero, quienes a su vez previamente censados e inscriptos en un registro, podrían retirar su dinero de esa cuenta general. SADAIC y AADI-CAPIF, cada uno en su respectiva área podrían ser los que manejen esas cuentas, asegurando a los artistas que los derechos efectivamente sean depositados, y a los usuarios, que el dinero depositado llegue a sus destinatarios. Por lo tanto, para estos entes solo cambiaría la operativa aunque básicamente realizarían la misma tarea y de una manera mas clara y limpia que la actual. Por eso, deberían apoyar proyectos como el que me permito proponer, salvo que los negociados habituales en este país de coimas sigan siendo más rentables para ellos. Otra cuestión que genera la distribución de música vía Internet es que el artista solo necesitará básicamente de un servidor para que la gente pueda acceder y adquirir sus obras. No necesitará una cadena de distribución ni tiendas de discos. Por eso, si las Discográficas se convirtieran en servidores de Internet, podrían mantener su exclusividad sobre sus contratados y cobrar parte de la tarifa por la bajada de cada disco o tema como compenso por su servicio, y el resto, el derecho de autor, lo depositarían en la misma cuenta general hipotetizada en el caso de las ventas de los coleccionistas. El procedimiento podría ser el siguiente: una vez que el usuario haya seleccionado lo que le interesa bajar, puede imprimir un formulario detallando todo lo referente a los autores y el monto total a depositar, como en el caso de los formularios de RapiPago o PagoFácil, y una vez depositado en la cuenta de la discográfica, esta proporcionaría al usuario un código que permita la bajada de la música por la que se pagó. A su vez, la discográfica una vez deducido su porcentaje efectuaría el depósito en la cuenta general manejada por sadaic y compañía quienes en definitiva liquidarían periódicamente estos derechos a los autores correspondientes. Este sería un método al alcance de todos, pues quienes no tuvieran una PC en su casa, podrían hacerlo en los ciber, en casa de amigos, en el trabajo, etc.


Honestamente, a grandes rasgos no me parecería un sistema difícil de implementar. Lamentablemente para ellos, todos los intermediarios del sistema tradicional, es decir, grandes y pequeños distribuidores y casa de venta de discos, desaparecerían, y con ellos los (enormes) mayores costos que originan para los usuarios. Es el precio de la evolución de nuestra sociedad cada día mas informatizada. Así como la aparición de los supermercados en su momento provocó la desaparición de figuras populares como el lechero, que dejaba las botellas de leche en la puerta de tu casa todas las mañanas, los distribuidores y vendedores de discos tradicionales, desaparecerán. Por supuesto, queda por resolver como va a hacer el melómano a quien gustan las ediciones como las conocemos, para poder seguir adquiriendo las ediciones de este modo, o sea el disco en la mano con la gráfica para hojear y leer toda la información mientras produce regocijo la vista del artístico dibujo o foto del frente, Pero este tema, sin duda importante, será objeto de un posterior análisis.


Esteban Cerioni
S. M. de Tucumán, 8 de febrero de 2008.

9 comentarios:

Miguel dijo...

El análisis es muy interesante, creo que si lo que nos harían pagar por bajar música de Internet se adecuara a lo que significaría la reducción de costos de eliminar toda la cadena intermediaria, nadie bajaría música gratis o por lo menos la mayoría, es más creo que lo deberían hacer los mismos músicos ni siquiera los sellos que también desaparecerían, salvo para esa especie en extinción que somos todavía los compradores de discos por tener todo el librito y el arte para hojearlo, mirarlo un par de veces y guardarlo en la estantería. Gracias Esteban por enriquecer nuestro blog.

REDD LAND dijo...

Muchas gracias Miguel!!!! Una sola aclaración...hablo siempre de transformación de las discográficas porque no deseo hacer lo mismo que ellos hacen, es decir, una cacería de brujas. Me interesa la confrontación de ideas y llegar a acuerdos que resuelvan el problema y no un enfrentamiento estéril en el que todos pelean y nadie se pone de acuerdo. Tampoco persigo el fin que esos operadores se queden sin trabajo. Solo pido que se adapten a los tiempos que corren. En el caso de los distribuidores, es mas delicada su posición pues su trabajo se basa en vender el pedazo de plástico de que está hecho un cd...al no seguir existiendo esto en principio, ¿que venderían entonces? Es por eso mas que lógico que defiendan su posicion con uñas y dientes. El problema es que históricamente, está demostrado que siempre han sido insensibles al contenido artístico de los discos, solo piensan en la cantidad de pedazos de plástico que van a vender ¿Como recuperarlos hipotéticamente para que tengan un roll en un esquema de distribución virtual? Honestamente, no lo sé.

En cuanto a lo que decis que deberían ser los mismos músicos en manejar la cosa desde Internet, tenes que tener en cuenta de que hay muchos que no tienen idea ni siquiera de lo que es un servidor, asi que no podrían manejarse solos, por eso me parece bien que las discográficas se conviertan an servidores de Internet en el sistema virtual que propongo. Por otra parte, Internet es algo que lleva mucho tiempo que los músicos (me incluyo) seguramente prefieren dedicar a su música y no a estas cosas administrativas. cada uno a lo suyo...y ya sé que me pueden indicar muchas situaciones que no estén contempladas en mi análisis. Lo que propongo es solo un punto de partida y los ajustes necesarios se pueden hacer sobre la marcha.

En fin, podría seguir habiendo lugar para todos, cobrando lo que realmente le corresponde a cada uno, a despecho de la situación actual en la que los músicos solo cobran centavos por cada disco, mientras los intermediarios de la distribución se enriquecen...y que no me vengan con la historia del huevo o la gallina...aquí son los artistas los que generan todo. Sin ellos, no hay nada...

Gracias por darme constantemente la posibilidad de compartir mis ideas desde esta casa...a vos, a Irene (especiales saludos!!!) y a mi querido amigo del alma que es Quique.

Seguimos en contacto.
Un abrazo
ESTEBAN

Quique Quagliano dijo...

Hace un tiempo atrás cruzamos un par de mails con la enorme Beatríz Sarlo, al respecto de un artículo suyo. Le agradecí por algo que ella escribió allí y le hice notar la falta de una discusión como la que ella proponía, sobre ciertos temas, que es una característica muy nuestra de los argentinos. Ella me respondió: “cuando escribo, lo que busco es discusión colectiva.”

Creo que lo que Esteban propone, y por eso quise publicarlo aquí, es justamente una discusión sobre un tema que requiere urgentemente de una. Me ha sucedido de enfrascarme en discusiones (y en la educación hay bastante para debatir) en las que sólo recibí amenazas; tengo publicadas algunas en mi blog. Pero así es imposible llegar a sacar algo en limpio.

Esta discusión propone varias cuestiones básicas, típicas de todo debate:

- Se necesita de TODOS los actores, para que cada uno plantee su perspectiva y que todos podamos entender todas las variables del asunto.
- El tema en cuestión debe ser ponderado como MÁS GRANDE, más importante y ampplio que las visiones particulares.
- Tiene que haber respeto por las opiniones del otro, aunque esté equivocado.
- No debe haber argumentos que escondan otros interesas detrás. Debe ser veraz y genuina, que no lleve agua para el propio molino...
- Como hace Esteban acá, debe ir acompañanda de PROPUESTAS; que no se queden en el discurso de oponerse porque sí, o dar un diagnóstico muy agudo e inteligente pero estéril a la hora de proponer soluciones.

La discusión, el debate son buenas costumbres democráticas y solidarias. Aunque, como en este caso, se trate finalmente de un negocio.

Quique Quagliano dijo...

Amigos:

Muy interesante la nota de iEco al fundador de "Wired", en línea con lo que Esteban viene diciendo.

Se puede leer en:

http://www.tecnologiaparatodos.org/noticias.php?op=artic¬a=74818

Un abrazo,

Rodolp dijo...

"- Tiene que haber respeto por las opiniones del otro, aunque esté equivocado."

Hoy justamente releía el comentario de un español que dice que los argentinos (en gral.) no decimos, "no comparto su idea" sino que rebatimos diciendo: "Ud. está totalmente equivocado!".
A eso hay que sumarle la nueva "cultura piquetera" que hemos adoptado de agredir y amenazar al otro cuando no cede o no quiere cambiar de opinión. También podemos citar a la "máquina de impedir", más comunmente conocida como burocracia, ya sea ésta de carácter estatal o sindical, la cual tiene por único objeto servirse a sí misma y consumir todos los recursos disponibles hasta agotarlos y que torna casi imposible la realización de cualquier acción por fuera de ese esquema. No quiero abundar en detalles sobre la hipocresía, la falta de inteligencia o de educación que nos viene caracterizando como comunidad porque entonces no alcanzarían los renglones.

En este estado de situación pretender una discusión seria, elevada, respetuosa, como se debe el tema para tender a un cambio real, me parece utópico o al menso tremendamente difícil pero tengo en claro que paralizarse ante la idea es darse por vencido.
Creo que aunque sea una quimera, uno debe seguir en la lucha por cambiar el orden establecido en todo aquello que signifique mejorar. Pueden ser la influencia de mi pasado rockero-rebelde pero se me hace que es pura lógica.

En cuanto al problema de los sellos discográficos y la distribución de las riquezas que generan los artistas, creo que tenemos el mismo inconveniente que con la distribución de la riqueza entre los actores sociales.
Si tomamos como ejemplo la ANSES, que se patina la mitad de lo que recauda en funcionamiento (se va en sueldos, alquileres, teléf., luz, gas, etc.) y cuyos empleados ganan 14 veces más que lo que reparten en concepto de ayuda o contribución, me parece que se ve claro a dónde apunto.
El músico es músico y debe estar para componer y/o interpretar obras musicales; si lo ponemos a hacer planeamiento estratégico para posicionarse en el mercado, concretar alianzas para lanzarse al exterior, a planificar la conquista de nuevos mercados, a pelearse con las radioemisoras, los empresarios teatrales, bla, bla, bla... bueno, creo que ya dejó de ser músico hace rato. Supongo entonces que por lógica deben existir todas esas especies que forman la fauna que rodea al músico y que hacen posible que la obra del autor llegue a su público. Con lo que no estoy de acuerdo es con la realidad de que todos esos tipos viven como bacanes de Hollywood mientras que el músico vive en una piecita de una pensión, al igual que muchos que lo escuchan y quienes se ven forzados a decidir si compran o no el CD porque con lo que cuesta el disco se van a quedar sin cenar un par de días.
De chico yo pensaba: "me compro el LP de Spinetta y rezo que no se me vaya a romper el jean". Mi vieja me daba la plata para el pantalón y yo volvía con 'Artaud' porque de otra manera no lo podía comprar. Luego cuando el vinilo se estropeó lo compré en cassette. Cuando el cassette no sirvió más me lo compré otra vez, hasta que finalmente lo compré en CD, que dicho sea de paso suena horrible comparado con la edición original de hace 30 años y perdió el inigualable arte del empaque que acompañaba la música.
¿Y cuánto le llegó a Luis Alberto de todo eso, $1.50 quizás?

Hace unas semanas el delegado de SADAIC-AADI-CAPIF en mi ciudad se llega hasta el restaurant de un amigo mío y le indica que para poder seguir pasando música en el salón debe suscribir un convenio por el que se compromete a abonar el 1% de la facturación mensual.
(Decreto 41233 / Ley 11.723)
Mi amigo apagó el amplificador y le dijo: "no hace falta, a partir de este momento no se pasa más música en este local".
El delegado le ofreció entonces negociar de distintas maneras, llegando incluso a ofrecerle el permiso para emitir música a cambio de un pasaje en avión para él de ida y vuelta a BsAs. Tras esto último fue amablemente invitado a retirarse del establecimiento y no volver más. La obvia denuncia todavía no prospera y nadie explicó todavía desde la cámara cómo se benefician los autores con contribuciones como el pasaje para este señor.

Por otra parte, idiotas que se bajan lo que sea de internet por el hecho de tenerlo gratis hay, hubo y habrá por siempre. Lo que no pueden tener gratis estos fulanos es la calidad del original, el arte de tapa del original ni el placer de tener entre tus manos la edición original y depositarla en su estante.
El asunto pasa ahora para el lado de los que queremos pagar y cuánto podemos pagar, si se consigue el material allí donde vivimos, si lo que nos ofrecen es lo que el músico concretó en el estudio o si es basura reciclada, si es bueno o es apócrifo...

Yendo a soluciones: no creo que la solución sea la descarga directa porque el pobre cristiano que vive en Quitilipi no creo que tenga posibilidades de comprar online con su American Express Gold el tema que desea y bajárselo por ADSL porque sospecho que ni siquiera posee un modesto CPU en su humilde casita. Para ese pobre hermano va a haber en cambio un cerdo alerta que sí tiene internet, que le va a bajar el disco en su CPU por $ 2.50 (si es que no lo baja por eMule) y se lo va a vender en un CD-R "home made" a $10,00.

La intermediación es forma de vida en nuestra país y es parte estructural de la Viveza Criolla.
Me resulta más fácil pensar en sistemas mixtos, sistemas bajo demanda y reciclar la cadena de distribución integrando, por ejemplo, al correo oficial y a los pequeños prestadores de servicios zonales para asegurar la llegada al consumidor de un material de alta calidad a un valor razonable.

DELL COMPUTERS es un ejemplo: en toda la Argentina tiene un total de 7 empleados, sin embargo ya hay más de 3.000 personas trabajando para la firma en forma indirecta y sus equipos son de excelente calidad y a un precio por demás competitivo. Nadie que se dedique a entender cómo Michael Dell hace 23 años era un desempleado pensando en un negocio en el living de su casa y hoy es el CEO de la empresa de informática que más vende en USA estará perdiendo su tiempo.
Si en lugar de "cacerías de brujas" -como bien dice el amigo Esteban- los ejecutivos de las disqueras invirtieran su tiempo en buscar la forma más efectiva para llegar masivamente con el precio adecuado, quizás los plastiquitos se agotaría antes de ser editados y no se perdería un solo puesto de trabajo.

Se me ocurre además que en la medida en la que los músicos sean co-propietarios de sus masters van a mejorar las cosas. A nadie le van a poder reeditar un disco sin permiso, ningún músico va a ser exclusivo de un sello y ningún sello va a correr el riesgo de que le "quemen" a un artista.
Las regalías deberían ser proporcionales a las ventas y pre-ventas (como Voice Print UK)
Por el lado de la cadena de distribución, bien se podría implementar un ranking por el cual las ventas del artista de moda, que tanto vende en una temporada y luego desaparece, dejen un porcentaje para sostener a los artistas de catálogo que SIEMPRE se venden y asegurar así la continuidad del producto con una especie de "subsidio" que ayudaría a bajar el precio y fomentar el consumo y/o difusión del intérprete. En la medida en que el rebalanceo de costos por el sistema de "ranking" nivela la situación, se agranda y mejora la oferta de productos aumentando las ventas.
Discos de Don Atahualpa se venden todos los días pero... ¿quién se acuerda de los Parchís?

Además la distribución digital no tiene por qué competir con el medio impreso, más bien debería ser un complemento que inicia el procedimiento de venta a través de licencias digitales (que ya existen) acercando la obra artística a un bajo precio con la posibilidad de solicitar luego la versión material (CD/DVD) descontando el importe de la licencia ya pagada. De esta manera la disquería tradicional podría vender hasta temas sueltos e incluso hasta ofrecerlos cargados en un pendrive, un mp3 player o en un medio óptico quedándose con un plus por el servicio.

Sé que todo suena muy "zurdito", muy "cooperativista", pero la cuestión de fondo es justamente lo contrario. El principio de la solución está atado al volumen y a la integración de actores que agreguen valor en lugar de los intermediarios pasivos que sólo agregan costos.
Esto se dará cuando los chanchos vuelen pero al menos nadie dirá que no lo intentamos :)

Mis más sinceras felicitaciones y un "¡gracias!" gigante y de todo corazón por este espacio.

Rodolp

Quique Quagliano dijo...

Rodolp:

Es cierto que es bastante utópico lo nuestro, pero al decir de Galeano, la utopía sirve para eso, para caminar...

Tu aporte es muy claro y propone, que es la intención de este debate. Gracias por sostenerlo con semejante altura.

Nota al margen: muy bueno Altas mareas... QUe buen homenaje a Luis...

Un abrazo,

Emáleo dijo...

"El procedimiento podría ser el siguiente: una vez que el usuario haya seleccionado lo que le interesa bajar, puede imprimir un formulario detallando todo lo referente a los autores y el monto total a depositar, como en el caso de los formularios de RapiPago o PagoFácil, y una vez depositado en la cuenta de la discográfica, esta proporcionaría al usuario un código que permita la bajada de la música por la que se pagó"

Hola, había un sitio web que estaba haciendo algo parecido a lo que describís aquí. La url era www.allofmp3.com, acabo de ver que ya no existe. Vos tenía un crédito, el cual se acumulaba cuando pagabas con tarjeta de crédito, u otros métodos que no sé cuales eran, pero q supongo había. Y cada canción tenía un costo diferente, pero q promediando eran unos $0,15 centavos de dólar por tema, así los discos costaban entre u$s 2 y 4.-

Saludos. Emilio.

aqualung dijo...

Estoy de acuerdo.

Podeis leer más sobre el tema en mi blog:

http://maquinablanda.blogspot.com/2008/02/pirateria-y-otras-mentiras-varias.html

Un saludo!

Quique Quagliano dijo...

Gracias Aqualung por visitarnos y dejar tu comentario.

Te estaremos vistando.

Saludos,