Primeramente, unas palabras para la cara visible del evento, el amigo Guille Moreno. El músico dejó lugar por una noche al cálido anfitrión de este evento, que fué organizado por las bandas con el auspicio de la Asociación Civil Amigarte. Personalmente estuve muy cómodo y feliz de haber estado allí.
Un par de frutas poderosas
Abrió Fruta Groove, el power trío de "los herederos Danae" Nabil Schegtel en batería y Mateo Torres en bajo, más la viola de Gaspar Scuizatto y la voz del cantante invitado Ramiro Benetti. Sonaron muy ajustados, visiblemente entusiasmados con el desafío, y destilaron energía por los poros. La propuesta del trío es por demás interesante. Combinan estilos y formatos con eficiencia y técnica. El tandem bajo-batería se mostró solidísimo, muy ajustado y compacto, elaborando una base firme para el desempeño de la guitarra, que si bien tuvo varios problemas de sonido, cumplió.
Los matemáticos de Danae en acción
Me sucede algo curioso cuando veo a Danae en vivo, y se los dije. Me siento como frente a un problema matemático que tengo que resolver, y entonces me obligan a escuchar con atención, mirar a cada uno, ver que hacen, buscar entender el enunciado y hacer cálculos para llegar al resultado, y eso me parece fantástico. Disfrutar también con la cabeza.
Que bueno que haya tanto progresivo sonando en la ciudad. Primero, La Gota y Láquesis en el Arteón, ahora Danae y en breve el ProgreRock. Larga vida al prog rosarino.
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