Cosa curiosa que me sucede con la música, en ocasiones siento que un músico es un amigo al que conozco bien. Así de intensa es la identificación que puedo lograr con ciertos artistas, aquellos que logran emocionarme o asombrarme con sus composiciones.
El miércoles partió uno de ellos, uno que me hubiera encantado conocer también en persona, pero bueno, cosas de la vida y de la geografía, no se dio. Pero sí pude dedicarle un programa para recorrer algo de su historia, y volver a disfrutar y compartir aquellas emociones que lo convirtieron en mi amigo y héroe.
Greg Lake, un amigo, en Gigantes Gentiles.
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